lunes, 9 de junio de 2014

Capítulo 43: Salida en falso.

18 de Octubre 2013.
Río de Janeiro

Etapa 0: Botafogo - Copacabana. 4 km.

Mala suerte. Hoy ha sido un día realmente para olvidar. Sobra decir que no hemos podido salir de Río de Janeiro debido a un incidente con mi moto que paso a relatar:

Nos levantamos a las 05:00 de la mañana, acompañados por Lee y Estela, de quienes nos despedimos efusivamente en la puerta del hostel Río Nature de Botafogo, y arrancamos de allí antes de que el tráfico se pusiera imposible. Rodeamos un par de manzanas para salir del barrio y nos adentramos en el túnel que conecta con Copacabana. Ahí mi moto empieza a hacer extraños, pero sigo adelante pensando que quizás la presión de los neumáticos no es la adecuada, ya que la moto va como pegando saltitos. Giramos para tomar la gran avenida que bordea la mítica playa, y a la altura del lujoso hotel Copacabana la rueda delantera pega un bote tremendo. Me detengo, miro a ver qué puede haber pasado y me llevo el índice y el pulgar al entrecejo: increiblemente he llegado hasta allí con el pitón de seguridad puesto en la rueda. Ahora estaba totalmente enrollado en la parte exterior del eje. Un milagro que no me ha dañado ningún radio de la rueda. Unos golpes con una llave que me cedió un taxista y conseguí sacar el objeto, que fué directamente a la basura. Una lástima, tendré que comprar otro por si las moscas. Bueno, la cosa se quedó ahí y ya podíamos reanudar el viaje. Presiono el botón de encendido y.... nada, no arranca la jodida. 2 horas después, tras varios intentos y búsquedas de mecánicos por la zona, probamos a ponerla en marcha empujándola en 2ª marcha, y funcionó. Ya era bastante tarde para salir de Río, así que decidimos regresar al hostel y llevar la moto al mecánico a ver lo que le pasaba. Éste me dijo que se debía a la bombilla del faro delantero, que era de coche y se chupó la carga de la batería. Solución: batería y bombilla nuevos. Para lo cuál tuve que ir en la misma moto a comprarlos a la tienda. Para más inri, por el camino rocé con la maneta del embrague el retrovisor de un taxi y tuve que apoquinarle al taxista 50 R$, cosa que hice en el acto; no quería líos con los seguros y menos aún cuando todavía no tengo hecha la transferencia de la moto.
Ya con la moto reparada y con todo el bajón por lo que había supuesto el primer día de ruta, regresé al hostel hacia la hora de comer, y me limité a matar el tiempo y bromear con los amigos que dejamos allá por la mañana. A ver mañana si por fin comenzamos con mejor pié... o rueda.







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