miércoles, 4 de junio de 2014

Capítulo 41: Pertrechos.

16 de Octubre 2013.
Río de Janeiro.

Bueno, ayer cuando fuí a recoger la moto al taller ocurrió lo habitual con los mecánicos: siempre hacen más de lo que les pides que hagan. En mi caso, me abrieron la tapa del alternador "para engrasarlo" y luego para cerrarla necesitaban una junta que no tenían. Me dijeron que me prestaban un scooter si quería ir yo a comprarlo a la tienda de Yamaha situada en la Rúa das Laranjeiras. No estaba demasiado lejos, pero había que buscarla. Como no tenía mucho más que hacer y, todo sea dicho, me moría de ganas de conducir un scooter por Río, accedí. Ya de vuelta con la pieza, la instalaron y aproveché para pedirles un favorcillo: que me instalen también un pequeño ingenio casero para poder fijar la cámara en el manillar de la moto y así poder grabar vídeos en marcha. No fué mucho al fin y al cabo, una chapita doblada en "Z" unida al manillar y a un tornillo que enroscaba en mi cámara. Una chapucilla, pero funciona, y mucho más barato que comprarse una GoPro... Ah, también aproveché para sacarme 25R$ por el viejo casco, vendiéndoselo a un amiguete del mecánico.
Ya por tarde fuí a una tienda de artículos para motoristas, a 2 cuadras del hostel, a comprarme un casco nuevo. Lo importante era que fuera bien de mi talla, pero ya aproveché para elegir uno del tipo modular, ésto es, de los que se abre media carcasa y dejan el rostro al aire libre si quieres. Obviamente, era de gama baja, bastante económico, hay que mirar por la seguridad pero también el presupuesto...