Montevideo.
Increíble fin de semana el que hemos vivido en Montevideo.
Como ya os conté, me ofrecí voluntario para ayudar a Mark, Sanne, Silvia y Lionel en las actividades organizadas por Techo en los arrabales de la capital uruguaya, para construir casas de madera para las familias sin recursos.
La cita era temprano, cerca del puerto de mercancías, donde estaba la sede de la organización, y donde nos organizaron para ir por grupos en varios autobuses hasta la zona suburbana. Había mucha gente y el ambiente excepcional, y ya desde esas horas hacía sol y calor. Nos dieron a cada uno unas camisetas conmemorativas y después de una breve charla de presentación nos dirijimos por grupos de 7-8 personas cada uno a una parcela, acompañados de nuestros correspondientes monitores. Los nuestros eran Ignacio y Natalie, dos jovenzuelos estudiantes de ingeniería que se hicieron cargo de la dirección de los trabajos. El plan consistía en excavar unos cimientos para enterrar los pilotes de sustentación, después colocar el suelo encima de los pilotes, sobre el cual apuntalar las paredes exteriores y encima el tejado. Todo de madera prefabricada.
Pues así, entre calor, buen ambiente, alguna que otra ampolla, descansos para comer, conversaciones, bromas y duro trabajo, terminamos por erigir en 2 días una nueva casa para una familia que realmente lo necesitaba.
