miércoles, 11 de junio de 2014

Capítulo 49: Entrada en boxes.

25 de Octubre 2013.
Etapa 5: Guarujá - Mongaguá. 55 km.

Primer día totalmente sólo en la ruta, y no podía empezar peor: un aguacero tremendo durante toda la jornada y varios contratiempos. Empiezo...
Salgo con la intención de llevar la moto al taller oficial Yamaha que se encuentra en la calle principal de Guarujá, que lleva directamente a la balsa por la que cruzar la ría hacia Santos. Llego al taller sobre las 09:00 y me hacen unos tests para ver por qué se descarga la batería. La bateria es nueva y el regulador de voltaje también, los comprueban y dan el OK. El veredicto final: hay que cambiar el "bobinado", o sea, el alternador. Me dicen que por "1000 realillos de nada" me lo hacen por ser yo, pero que tengo que esperar la pieza. Eso son 1 o 2 dias más. Les doy las gracias más 80 reales que costaba poner 2 cables en diferentes puntos de la batería durante 2 horas y cargármela, y me piro de allí con la esperanza de poderlo reparar más barato en alguna otra ciudad.
Cruzo la balsa a Santos por 5 R$. Santos es el mayor puerto marítimo de mercancías de América del Sur. Pasan muchísimos barcos por esa ría, que en realidad es el mar que rodea las islas sobre las que están asentadas las ciudades de Santos y Guarujá. Así que me cruzo Santos por toda la playa. Una lástima del tiempo infernal, porque tenía muy buena pinta... Cruzo el puente sobre la ría occidental bajo un vendaval de lluvia y viento lateral en tramo de autovía y tomo la misma hacia el sur por la costa. Al de un rato, tomo una salida para echar gasolina y, al reducir marchas, se para el motor y el botón de encendido no va: batería descargada otra vez. Menos mal que a 100 metros había un taller. Llego allí a empujones con la intención de volver a cargarla para poder seguir al menos otro trecho más. Eran las 13:00 y hasta las 14:00 cargando. En ésto que me iba ya a marchar cuando viene el hijo de el del taller, que debía ser el experto en mecánica de motos, me pregunta que a ver qué le pasa, a dónde voy y tal y cual, y me dice que él me puede conseguir un alternador de Yamaha XT 225 nuevo e instalarlo por 460 RS. Me lo pienso un momento y accedo. Había un hotel cerca y un tremendo huracán de lluvia y viento ahí fuera... Cosas de la intuición nuevamente: el chaval se desvivió por conseguir la pieza, llamando a todo cristo, cuando la encontró fue a buscarla a toda ostia en su Honda 750 con la que caía.... Yo de mientras allí en el taller con el padre Rubens, el pinche Wanderley y una persona inclasificable llamada Ednilson, todos viendo la TV en la que echaban "Os 3 mosqueteiros".
Llegó Alexandre, el hijo, con la pieza, además de una junta de alternador extra y se puso manos a la obra. Desmonte del viejo alternador, que tenía una sección chamuscada y por eso sólo funcionaba al 30%, montaje del nuevo, estañar todos los cables, el pedal de cambio de marchas andaba flojo y me puso tornillo nuevo, el faro frontal estaba totalmente desencajado y mediante un invento suyo ya está totalmente reparado... Un genio. Al final acabamos sobre las 21:00 h. pero con la Yamaha completamente lista para seguir rodando por lo menos más tranquilamente. Por cierto que la moto ha quedado bautizada como "PRETINHA", un juego de palabras entre mi apellido y "preta" que en portugués significa "negra".
Hale, sigamos con la odisea; ahora estoy en un ciber en la localidad de Peruíbe, a 40 km de Mongaguá, siguiendo camino hacia Ilha Comprida, que dista de aquí otros 150. Hace otro día de perros, pero las predicciones dicen que mejorará según avance la jornada. Cuando llegue y me aloje os cuento la crónica de ésta etapa. Vamos allá....





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