jueves, 13 de marzo de 2014

Capítulo 11: Gallegos y Vascos.

16 de Septiembre 2013.
22:00 Salvador de Bahía.
24º.

Comenzamos el día por la rúa 7 de Setembro de Salvador, una calle larguísima repleta de comercios. Suso buscaba un calzado apropiado para caminar en montaña y yo una camisa blanca de manga larga, muy efectiva para no atraer mosquitos. También buscaba un barbero que me pasara la maquinilla al 0 por la cabeza, ya que cuando me asoma algo de pelo empiezo a notar picores. Así pues, Suso encontró sus botas, yo no encontré camisa pero sí un peluquero dicharachero. Fue un acierto encontrarlo ya que nos dió una buena indicación para poder comprar las motos: hemos de esperar al domingo, pues es el día que se organiza en la ciudad un mercadillo de vehículos usados en el que muy probablemente encontremos lo que buscamos. Como hoy era lunes, tenemos casi 1 semana de espera y hemos decidido hacer una separación temporal: Suso se va mañana a la Chapada Diamantina, a 400 km al oeste, a hacer "trekking" por aquella agreste zona. Al parecer, me ve "demasiado verde" para caminar con la mochila al hombro todo el día por el monte, y eso... que se va él solo. No hay problema, yo he decidido ir un par de días al Morro de Sao Paulo, una isla con increíbles playas un poco al sur de la bahía, a la que se puede acceder en barco. Nos reuniremos de nuevo en el Fusion -el hostel de Salvador- el fin de semana para ir juntos al mercadillo de motos. 
Mientras tanto, hoy había partido de Liga y jugaban precisamente el Athletic contra el Celta, inaugurando el nuevo San Mamés, así que había que conseguir verlo como fuera. Comenzaba a las 17:00 hora de Salvador y dimos con un pequeño restaurante que amablemente accedió a sintonizárnoslo. Así es como disfruté de la victoria de mi equipo: en Bahía, con Suso que es del Celta y unas caipirinhas. Antes de terminar se unió a la fiesta nuestro ya buen amigo Seyi, el compi nigeriano del hostel, con quien he quedado para mañana ir en busca de la camisa. Tal es su generosidad, que me ha dicho que en caso de no encontrarla me regala una suya. Para colmo también me ofrece alojamiento en casa de unos conocidos suyos en el Morro de Sao Paulo para cuando vaya. El tío irradia buen rollo allá donde va.




No hay comentarios:

Publicar un comentario